viernes, 6 de junio de 2008

2 100 mariposas fueron liberadas en Misahuallí

Doce cajas de madera cubiertas con mallas plásticas guardan varias joyas del bosque. Se trata de las larvas, pupas o crisálidas y adultos de 11 especies de mariposas que habitan en los bosque de los alrededores de Misahuallí.En cada cubículo se mantienen las orugas de los lepidópteros con su comida favorita. Por ejemplo, las hojas de platanillo albergan a los gusanos de las mariposas ojos de búho, las de cítricos a las papillos y zaragoza a las Bhatus. Así, en el Centro de Reproducción de Mariposas Misahuallí, en Napo, se pueden conocer todo el ciclo de vida de las mariposas: huevos, larvas o pupas crisálidas y adultas. Las orugas tienen su cuerpo segmentado, salpicado de colores y algunas con pelos. Estas tiene un apetito voraz pues ellas duplican varias veces su tamaño antes de convertirse en pupas y luego en mariposas. Con un poco de suerte se puede apreciar cómo de las crisálidas emergen las mariposas luego de un proceso mediante el cual cada ejemplar rompe su envoltura y seca sus alas.Para abastecer de comida a estos insectos en el centro se mantienen 2 000 maceteros con las diferentes clases de plantas que sirven de alimento a las orugas y los adultos.Junto al área de reproducción está el mariposario o área de vuelo. Allí, en 15 metros cuadrados, cercados con plástico y mallas, habitan cientos de mariposas adultas que se alimentan del néctar de las flores, frutas en descomposición y de esponjas con miel.Cuando los visitantes entran, las mariposas se posan en sus brazos y piernas en busca de la sal del sudor. Paulatinamente las extremidades se cubren con las alas verdes, amarillas, negras.Óscar Cartagena, el responsable del mantenimiento del centro, comenta que los animales buscan la sal para regular sus hormonas. "En el bosque la obtienen de los minerales de los ríos". A criterio de Giovanni Onore, entomólogo de la Universidad Católica de Quito, las mariposas buscan la sal para sus necesidades fisiológicas. "Ellas necesitan sales minerales para vivir, crecer, elaborar hormonas, reproducirse".Pepe Tapia, guía de turismo y dueño del centro, explica que la idea nació hace dos años cuando se percató que los ríos de la zona de Misahuallí se estaban quedando sin las morphos -esta clase de mariposa es muy llamativa por el color azul eléctrico del dorso de sus alas- y decidió intentar conservarlas.Así nació la idea del centro de rescate que funciona desde hace un año cerca al río Misahualli. "Hace un mes liberamos a 700 mariposas en el bosque. Esta es la tercera que realizamos en un año con el mismo número", acota Tapia.Un cuidado de todos los días Hace seis meses, aproximadamente, 80 000 larvas de mariposas ojos de búho murieron. Los responsables del centro desconocen la causa, pero la atribuyen a un virus que se propagó en el área del criadero. Desde entonces lavan y desinfectan diariamente con yodo los cubículos.La otra amenaza para las mariposas son lo sapos que ingresan. Pepe Tapia, el propietario del centro, señala que si un sapo logra entrar al área de vuelo mata, en una sola noche, a 20 ó 25 mariposas en promedio."Cuando construimos el centro dejamos una pequeña zanja con agua para mantener alejadas a las hormigas, pero esto favoreció los ataques de los sapos. Por eso secamos la zanja y dejamos que las hormigas entren para mantener controlados a los sapos", asegura Tapia.

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